Hablemos de Inside Out (Del revés)
Redactado por Jesulink
21 de Julio de 2015 sobre las 09:52
Texto con muchos spoilers
Ayer fui al cine a ver Inside Out (Del revés), lo nuevo de Pixar, y como cabía esperar no me produjo ninguna indiferencia. Me gusta el cine, me gusta el cine de Pixar, me gusta el cine de animación, me gusta el cine de animación enfocado a todos los públicos y esta película me da ganas de analizar bastantes puntos, así que no me puedo quedar en una especie de "noticia-recomendación" para los que no la hayan visto.
Tras el salto, escribo algunas impresiones personales sobre este peculiar trabajo, haciendo spoilers sin piedad, para compartir mis opiniones con otros usuarios que ya la hayan visto y quieran leerse este texto. Pero en serio, por favor, no leer la noticia si no has visto la película todavía.
Abro hablando de la
originalidad, tema que parece ir ligado al debate de esta película. La idea de esta película no es original, pero ni lo necesita, ni le sienta mal. Ya hemos visto en otras ocasiones la humanización de los mecanismos que hacen funcionar el cuerpo humano. Yo creo que cualquier idea, por mascada que estuviera, siempre se podría contar de una forma muy personal realizando nuevos aportes, y aquí se ha hecho. De hecho, la apuesta de Pixar en este frente ha sido pasar de pulmones, glóbulos rojos y virus para irse directamente al cerebro y concretamente, a las emociones.
El universo del cerebro se ha construido con mucho detalle y con una estructura conceptual única. Nadie después de ver esta película se olvidará del tren del pensamiento, del laberinto de la memoria a largo plazo, de la central de las emociones, de las bombillas de las ideas, de las bichos que nos hacen olvidar las cosas (malditos xD), de las islas de la personalidad ni de los estudios en donde se ruedan nuestros sueños.
Pero hablemos de lo que más ha llamado la atención.
Inside Out está dotada de un lenguaje audiovisual más inteligente y pulido de lo que acostumbramos a ver en películas de este tipo, incluso en el cine de Pixar. Veremos una película densa en el buen sentido, editada a cuchillo, con cortes ágiles y precisos, con cambios de secuencia confiados y con una refinada banda sonora no abusiva que acompaña sin condicionar. Todo esto llama tanto la atención que posiblemente se ponga por encima del propio contenido de la película en muchos debates. De hecho, está sucediendo.
Utilizar estos códigos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja está clara. Esta película eleva (o mejor dicho, transporta) a Pixar a dimensiones no exploradas. Su ya bien estimado cine puede ser mejor considerado en otros ámbitos y se pone de manifiesto las ganas de seguir evolucionando y experimentando, el no estancamiento. Aunque más que transportarse ha sido pivotar, porque los cambios se han hecho dejando una pierna bien sujeta al suelo. Gracias a este experimento muchos críticos podrán alabar la película y ponerla en la cumbre de los trabajos del estudio, y también decir que nunca habían visto una película de animación "para todos los públicos" narrada con ese estilo.

Y aquí es donde viene el punto negativo (o menos positivo). La película no es para todos los públicos, o no para lo que a día de hoy consideramos así. La ausencia de códigos Disney hará que casi todos "los más pequeños de la casa" no puedan comprender la cinta al mismo nivel que sí que pueden comprender el resto del catálogo de Pixar. Y aquí es donde Pixar sacrifica una de sus virtudes, su habilidad para hablarle a cualquiera, el disfrute del señor de 40 y del niño de 3. Los niños de ciclo preescolar, acostumbrados a una comunicación más invasiva, podrán perder el hilo y desconectar sus cerebros en cualquier momento de la película. De hecho, si no estáis familiarizados con el lenguaje infantil porque sois adultos y os importa un pimiento (por ejemplo), simplemente podéis acudir a una señal evidente, que vendría a ser la inquietud generalizada de los peques en la sala del cine, cosa que posiblemente suceda con esta película (en mi caso, es lo que vi).
Y el que dice niños dice adultos, porque es un hecho que para muchos seres humanos de edades variadas decir cine y decir Hollywood actual es lo mismo, y esto tiene sus consecuencias. A muchas escenas les falta esa emoción característica a la que muchos se han acostumbrado. Hablando de escenas concretas, la escena del pensamiento abstracto, la primera escena de riesgo de muerte de los protagonistas, elimina en cierto grado la tensión para quedarse en algo extraño y rápido. Incluso algo tan simple como la caída del tren del pensamiento, se queda en eso, en una simple caída, cuando cualquier director americano al uso te hace con eso una escena de acción de varios minutos con gente agarrando las manos de gente sin despeinarse. De hecho, el mismo Docter ya dirigió excelentes y tensas escenas de acción en Up y Monstruos S.A.. Todo esto puede hacer que esta película no vaya a ofrecer ciertas emociones instantáneas en una primera experiencia en el cine.
La película, en varias ocasiones, rompe con las pautas del entretenimiento concebidas por muchos, y no es la primera vez que se hace esto en el cine, ni mucho menos, pero sí es la primera vez de Pixar.
Hablando rápido y mal, se podría decir que es una película que no se ha hecho tanto para que la disfrute una familia media en su sofá como para que se disfrute, por poner un ejemplo, en Cannes. Y de hecho, allí se disfrutó mucho (o eso dicen los periódicos, yo no estaba).
Pero aunque me dé un poco de lástima que esta película no haya conectado con mi hija de casi 3 años con la excelencia que sí lo han hecho casi todas las otras joyas Pixar (de las que es muy fan), yo estoy contento con este invento. Esto lo iba a terminar haciendo alguien tarde o temprano, y qué mejor que Pixar para llevarlo a cabo.
Ha sido un atrevimiento que no quedará en el olvido. Pixar se lo puede permitir. Cuando haces una película arriesgada, lo peor que te puede pasar como negocio es que la gente no vaya a verla al cine, y eso a Pixar sería muy raro que le pasara. Su merecida fama ya se encarga de que todos nos fijemos en cualquier cosa que hagan. Lo segundo peor que te podría pasar aunque la gente vaya al cine es que la crítica sea negativa, y eso no va a pasar si tu "pecado" ha sido dirigirte en mayor medida a las personas que van a escribir esas críticas.
Teniendo en cuenta que vienen un montón de secuelas en los próximos años y que seguramente Pixar no trabaje este estilo en ellas, considero esta película como un regalo diferente para un tipo de público concreto (y con intenciones claras).
Pero hablemos del guión, hombre ya
Pero yendo al guión... la película cuenta la historia de Riley, una niña que va a sufrir una transformación emocional dada por la suma de dos sucesos: sus padres se han mudado a otra ciudad y eso le sienta como el culo y por otra parte, que está a las puertas de comenzar la bella pubertad. Las emociones de Riley son los personajes y controlan sus acciones a través de un panel de control. Se ha construido una central usando cinco emociones básicas que son la alegría, la tristeza, la ira, el miedo y la aversión.
Pero obviamente, la trama no se queda ahí. La cosa comienza cuando Tristeza toca recuerdos esenciales alegres de Riley peligrando su naturaleza, y un descontrol hace que Riley genere su primer recuerdo esencial triste (a los 11 años, ya quisieran algunos). Ante esto, Alegría intenta que ese recuerdo no se almacene, y en un forcejeo ella y Tristeza acaban siendo llevadas por error fuera de la central hasta la región de la memoria a largo plazo y tienen que emprender un viaje de vuelta durante el cual, Riley, estará privada de las emociones de la alegría y la tristeza.
Por cierto, esta película me ha parecido en algunos sentidos, japonesa. Si me la pones en japonés y me dices que es un anime con tintes occidentales, me lo hubiera creído. Eso sí, si la escena en la que Alegría escapa del vertedero con el cohete dejando a Bing Bong detrás la hubiera hecho un japonés, hubiera sido el triple de desgarradora, así que por esa parte, los sensibles hemos salido ganando.
La carga narrativa que esta película se ha colocado a sí misma es el hecho de que todo lo que sucede sucede dos veces, dentro y fuera. Esto casi duplica el guión y es también uno de los motivos por los que la película tiene que ser tan ágil. Pero al final está bastante compensado, y aunque la historia que hay fuera es muy sencilla, la que hay dentro tiene su miga.
Ya explicaron cuando la vendieron que la niña no era la protagonista, sino el escenario, y esto es cierto. La relación no plena entre las emociones y Riley es igual que la relación entre los juguetes y Andy. Ellos está a tope con "su amo", pero la conexión no es completamente bidireccional. Humanizar a las emociones deshumaniza al humano.
Centrándonos en los verdaderos personajes, las emociones, son simpaticones y nos llevarán a través de situaciones realmente divertidas dentro y fuera de la central. Los personajes no se han quedado en la emoción que representan y tienen ciertos matices que hacen que no sean tan previsibles como podrían haber sido.
Viendo la película te diviertes con los personajes y sobre todo, descubriendo cómo plantean el cerebro humano paso por paso.
El mensaje final de la película...
Cuando estás viendo una película en la que parece que la tristeza es un peso muerto para la alegría te invade el pensamiento más simple. Mucha gente iba especulando que si esta película iba a tratar sobre cómo superar una depresión, pero por suerte se ha afinado un poco más que eso. Poner a la alegría por encima de la tristeza es un mensaje de positivismo obvio con el que ya contamos al principio de la película. Un día lleno de bolas amarillas es un día exitoso, un día feliz. Por tanto, meter a Tristeza dentro de un círculo hecho con tiza para que no se mueva de ahí sería la clave para tener la mejor vida posible.
Pero al final de su camino, Alegría aprende una valiosa lección: que todas las emociones son esenciales para el crecimiento personal. Utilizando la tristeza como mecanismo conductor para llevarnos a otras emociones, Alegría comprende que Riley también necesita a Tristeza, y gracias a esa emoción la chica puede madurar, creando de paso su primer recuerdo esencial agridulce y dando paso a un cerebro más complejo.
Y de eso en esencia trata esta película, del doble rasero que tienen las emociones y de cómo cada una de ellas pueden ayudarnos o desayudarnos según el caso.
Por cierto, una cosa que esperaba ver era adentrarme más en las cabezas de personajes pasajeros. La escena de la cabeza de los padres que vimos en el trailer queda como algo anecdótico y sólo nos meteremos en otras cabezas en los créditos y todo de una forma bastante superficial. En el fondo sabemos que Pixar nos ha ofrecido una forma muy colorida de representar la depresión, el enamoramiento, la psicopatía, las enfermedades mentales y yo qué sé qué más. Seguro que todo el mundo salió del cine pensando en cómo serían esos cerebros y el suyo propio.
En conclusión, a mí me ha parecido una buena película, pero es muy diferente al resto y lo que seguro que podemos esperar son muchas discrepancias entre los que preferían la fórmula de siempre y los que aceptan esta nueva.